Piso 3

I.
Debíamos subir 72 escalones
para llegar a nuestro paraíso
--que también era un infierno—:
una cocina sin estufa ni refrigerador,
el cuarto de los sueños locos,
el balcón donde hacíamos el amor,
y una recámara para arrullar al océano.



II.
¡Vivíamos con tan poco!
Tu ponías discos de los Beatles,
bailabas y cantabas por todo el piso,
yo llevaba a casa algunos pesos,
historias cotidianas, un par de sueños
y poemas que al atardecer leíamos al gato.


III.
Extraño
Todo
lo que habitaba
esa casa
vacía.

Del poemario inédito Casita de Palabras

Alonso Aguilar Orihuela; Oaxaca
De su fecha de nacimiento no se sabe gran cosa, corre un rumor que nació ya abuelo; sus achaques son sólo accesorios. Gusta de ser anfitrión (nadie como él para hacerte sentir en Casa). Suele rodearse amigos de dudosa re-puta-ción. El CISEN ha dedicado unas dos o tres pagínas a él y a sus amigos de dudosa re-puta-ción